Area da penaronda

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Area da Penarronda

Los fónemas laterales en Gallego-asturiano I.



Libro de Hidalgos 1580

Hacia el siglo XI, motivado quizás por el proceso de cohesión de la lengua gallego-portuguesa se produce un tendencia a la velarización de las laterales en todo el dominio gallego-portugués, proceso que afecta de modo distinto según se trate de sílabas iniciales, intermedias o finales. En general, las silabas iniciales y las codas finales en este proceso de velarización se muestran más estables, manteniendo mejor el status quo de consonante lateral aproximante velarizada, mientras que por el contrario las intermedias se muestran reacias a la velarización, por lo que el proceso de velarización no tiene freno y tiende a la destrucción del fonema consonántico. Este proceso es paralelo al que ocurre en relación a los sonidos nasales aunque como veremos su evolución será muy distinta.

En el caso de los sonidos laterales, el resultado de la velarización dependerá de la vocal afectada. Si se trata de la vocal anterior -i-, el resultado será la palatización, así mulĭer > muller/mulher, filĭus> fillo/filho, foliam > folla/folha). Igual resultado se produce cuando el fónema lateral está afectado por el vocalismo velar así acucŭla > agulla/agulha, apicula > abella/abelha, etc. La regla general, en todos los demás casos es la tendencia a desaparecer a través del conocido fenómeno de la L caediza. Las silabas finales se mantienen pese a la velarización atendida de la ausencia del fenómeno de la -e- paragógica en el primitivo gallego-portugués, y como queda dicho las codas se muestran más estable en esta condición.

La reacción del hablante galaico-portugués ante este fenómeno depende de su contexto social, si nos encontramos ante un círculo cerrado de gente conocida lo normal será que se tienda a la relajación de la pronunciación de aquellas consonantes, sin embargo cuando el contexto social es extraño, la tendencia será la de reforzar la pronunciación para conseguir comunicarse de la mejor manera posible. En el Eo-navia al encontrarse la lengua gallego-portuguesa más expuesta al influjo del castellano, este proceso fonológico derivará en la necesidad de reforzar la pronunciación de los sonidos laterales mediante la adopción de unas soluciones distintas al resto del dominio gallego-portugués. Concretamente al no existir posibilidad de una interferencia del vocalismo nasal como sucede respecto del fenómeno de la -n- caediza, la tendencia será la de reforzar de estos sonidos. Este reforzamiento sin embargo, no se da en cualquier caso y respecto de cualquier fonema lateral sino únicamente en aquellos grupos fonéticos que en gallego-portugués no se ven afectados por la influencia de la -l- caediza, a saber:
  • -l- inicial. leira/lleira, lúa/llúa, lobo/llobo, 
  • Consonantes interiores geminadas : caballu > cabalo/caballo, cepulla > cebola/cebolla, villa > vila/villa, etc.
El resto de sonidos laterales que en gallego-portugués adoptan otro tipo de soluciones, la solución en gallego-asturiano dependerá del contexto fonético en que se encuentran:
  • Tratándose de silabas iniciales, pese a observarse, en los documentos del monasterio el mismo fenómeno de debilitación de este sonido, el sonido lateral intervocálico recupera su condición de lateral alveolar aproximante, seguramente como consecuencia de la irrupción del castellano, preservando sin embargo la pérdida en el sistema de artículos elo > el, ela > a, elas > a, elos > o. Se ha de señalar, sin embargo, que en el habla cotidiana cuando el hablante se desenvuelve más libre de las exigencias comunicativas foráneas, los fonemas laterales intervocálicos se ven muy debilitados haciéndose a veces casi imperceptible su sonido. Véase en este sentido las fonometrías aportadas por García García para el Concejo de El Franco.
  • El grupo LY evolucionó a un sonido palatal que en las grafías medievales se significa con la grafía -ll-, distinta de la analizada -l-, y que en gallego-asturiano actual se transcribe como -y- : lat. mulierem > muller > muyer, lat. moliare > mollar > moyar, lat. folia > folla > foya, meliorare > miyor, etc. 
  • Semejante es la solución alcanzada en los grupos semiconsonánticos velares consecuencia de una simplificación precedente en el primitivo gallegoportugués: vetulum > veyo, k'l auricula > oureya, apicula > abella.
  • El grupo M'L desarrolló una b epéntica: lat. tremulare > trembar. De igual modo, el grupo L'R desarrolló una d epéntica: meliorar > medrar
  • El grupo L'C se simplifica: salicariu > salgueiro, delicatum > delgado, pulicem  > pulga.
De todo lo cual se deducen las siguientes conclusiones:

1) El hecho de que las laterales iniciales y las geminadas lleguen a unas mismas soluciones fonéticas en las lenguas gallego-portuguesas, es coherente con el fenómeno de la palatización de estos sonidos en el asturleonés y el catalán y abunda en la idea de una completa identificación fonética de estas grafías en el primitivo romance peninsular.

2) Los fonemas laterales en el gallego asturiano medieval al igual que en el gallego-portugués sufren una tendencia a velarizar estos sonidos, lo que determinó que cuando se produjesen en un contexto intervocálico tendiesen a desaparecer y cuando se presentan al inicio de la palabra, tras la vocal anterior -i- o en contacto con otras consonantes, la tendencia fuese por el contrario la de robustecer el sonido, lo que explica la palatización de estos sonidos en el gallego-asturiano.

3) La irrupción del castellano precipita este fenómeno de fortalecimiento de las consonantes laterales y es la que da lugar a la diferenciación de los sonidos actualmente existentes que no son sino adaptación de los sonidos medievales a las soluciones alcanzadas en castellano.