Area da penaronda

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Area da Penarronda

Procesos fonológicos de asimilación: la -n- caediza y el vocalismo nasal



El tratamiento de la nasalidad y la tendencia al polifonismo vocálico es el rasgo que explica y sirve de elemento aglutinador de las lenguas galaico-portuguesas y constituye el punto de referencia indiscutible para el tratamiento de la dialectología del noroeste peninsular. Este fenómeno presenta un marcado carácter Norte a Sur y tiene como veremos en las hablas de las Riberas de los ríos Eo-Navia su centro natural.

Como se señala por Kurt Baldinger, diversas investigaciones han confirmado este influjo Norte-Sur de la Reconquista. Así, Herculano de Carvalho, ha argumentado esta tendencia en el campo de los objetos de uso práctico, refiriéndose a dos tipos de trillo que habían sido llevados, con la Reconquista, hacia el Sur, junto con toda una terminología propia: malho - mangual - moual, como nombres de instrumento, pírtigo y mangoeira - moueira como denominación de las dos piezas principales del trillo (mango y mazo). En su libro, que sigue la línea de las investigaciones de Worter und Sachen, “se encontra pela primeira vez em Portugal um estudo metódico do português —aqui restringido à terminologia da debulha— seguindo o avançar do português setentrional para o sul durante a reconquista em todas as suas fases, tomando em consideração ainda a acção dos centros, que se formaram no curso da história, para as suas regiões”. Sea como fuere es este rasgo, del tratamiento de la nasalidad, el que más va a contribuir a cohesionar todas estas lenguas en un grupo específico diferenciado del resto de las demás lenguas peninsulares. Este fenomenología presenta en el caso de la lengua gallego-asturiana dos manifestaciones características la -n- caediza y el vocalismo nasal:

a) Respecto de la -n- caediza, Porto-Dapena señala como la caída de la «n» intervocálica es consecuencia de una velarización, (y nasalización posterior de la vocal, precedente), previas a la desaparición de la n” . A continuación hace un itinerario desde el sur al norte y de este a oeste de la Galaicofonía describiendo como se extiende este proceso, siendo este rasgo el empleado por la mayoría de los estudiosos como criterio distintivo de los distantes variantes dialectales del noroeste peninsular. El vocalismo nasal es una consecuencia necesaria de este proceso, siendo el rasgo más característico de las lenguas galaico portuguesas al menos en su origen. También es conocido como los estudios de la dialectología gallega, toman al tratamiento de la nasalidad, como elemento fundamental, distinguiendo tres variedades según la incidencia que la desaparición de la nasalidad produzca en el vocalismo precedente: occidental adyacente, central neutro y oriental perturbador. Lo que parece claro que es este un dato muy relevante para el entendimiento de la base articulatoria de este tipo de lenguas, pues mientras que el fenómeno de la -l- caediza no afecta al vocalismo precedente, la -n- caediza tiende a la dispersión del vocalismo fuera del númerus clausus arquetipico de las lenguas romances.

Como ha quedado señalado los estudios sobre la fonología gallego-portuguesa ponen de manifiesto una tendencia a la asimilación del vocalismo nasal y consonántico, que se exterioriza por la aparición del vocalismo nasal y la pérdida de las consonantes nasales intervocálicas. Este último dato, más acusado en el Eo-Navia que ningún otro lugar de la galaicofonía, es el argumento de mayor peso para quienes se muestran contrarios a la pervivencia hoy en día del continuum galaico asturiano, pues precisamente se da la circunstancia curiosa de que este fenómeno se acentúa en los concejos eonaviegos próximos al bable occidental siguiendo una tendencia norte-sur que se inicia en Portugal. Este dato se manifiesta en la formación de los plurales, en los aumentativos, en la formación del femenino, pero sobre todo en la perdida de las nasales-palatales.

Concretas manifestaciones de este fenómeno, esencial para entender la lengua eonaviega, son los siguientes:
  • El Sufijo latino –anu pierde totalmente la nasalidad: ‘mao’ (mano), ‘chao’ (llano), ‘ermao’ (hermano)
  • Formación de los plurales: ‘camiois’ (camiones), ‘pantalois’ (panatalones), cais (canes).
  • Aumentativos: Casúa (casona), muyerúa (mujerona), bobúa (bobona).
  • Formación del femenino: búa (buena), irmá (hermana), ladrúa (ladrona).-
  • Perdida de las nasales palatales: Dieiro (dinero), cocía (cocina), espía (espina), etc.
  • Formación diminutivos: Pequenía/pequenín, (pequeño/a), nía/nenín (niño/a), contíus (cuentinos).
  • Deformación del vocalismo: Cía (cena), Avía (Avena), bús (buenos), ayeu (ajeno)
  • Supresión de diptongos por interferencia de la nasalidad: lat. quandum> eon. condo (cuando), lat. quantum> eon. conto (cuanto), lat. Iohannes> Eon. Xan o Xanón, (Juan o Juanón), topónimos Sayane...
  • Velarización de nasales y deformación del vocalismo como consecuencia de la -n- caediza. Véase en este sentido Dámaso Alonso, «Engañar, volar, casos y resultados de velariación de –n- en el dominio Gallego». 
  • Evolución del grupo latino a nn a n: cabana (cabaña), escano (escaño), ano (año), etc.
  • Mantenimiento del grupo -mb-, lamber/llamber, lomo/llmobo, etc... con excepciones que se explican por efecto de la pérdida de la nasalidad intervocálica homine>òme (hombre), lumine>lume/llume (lumbre), seminare/semar (sembrar). En ocasiones apareció el grupo -mb como consecuencia de la pérdida de las laterales intervocálicas: lat. tremulare> trembar.
  • Simplificación del grupo m’l y m’n a m: home, fame, llume, etc.
  • Perdida de las nasales palatales, en diminutivos femeninos, vaquía, cousía, roupía, etc.. y algunos masculinos foucío, campío, en el sufijo -ieiro/a: cocieira, dieiro, mulieiro, etc.
b) El vocalismo nasal en el Eo-naviaHasta el siglo XIX, el vocalismo nasal era un fenómeno bastante común en todo el territorio eonaviego, sin embargo al día de hoy es un aspecto muy residual. Existen testimonios de que en el siglo XIX, existía cierta nasalización que desapareció en el siglo XX. En las pocas referencias que tenemos de la fonética de la lengua eonaviega en el siglo XIX, encuentro la siguiente que recojo del libro el "Franco y su concejo" de Marcelino Fernández y Fernández "...el río Ermecana, Armazana, en los escritos oficiales, y Armazá que pronuncian en el bable del país con un poco de nasalización en la última a, que tan sólo se llama así en la desmbocadura tal vez por haber tenido allí el Eremus los monjes del monasterio de Santa María de Cartavio".

Damaso Alonso fue el primero en constatar este fenómeno muy extendido en los Ancares. M. Menéndez García encuentra restos de nasalidad en Freixulfe y puntos de Villallón, y C. Muñiz en el Valledor en la frontera misma con el astur-leonés. Resquicio de este vocalismo nasal se encuentra en que en esta lengua, a diferencia de lo que ocurre en otras hablas gallegas, las vocales que se encuentran en sílabas con coda nasal son siempre abiertas, consecuencia necesaria de la velarización de estos sonidos, estadio previo a la formación del vocalismo nasal. Debe de señalarse que la perdida de la nasalización vocal característica propia del gallego-portugués y ausente en el gallego oficial es relativamente reciente.

A través del análisis del vocabulario del monasterio hemos cifrado la virgulilla presente en muchas de las palabras como expresión de una vocal nasal, ã ẽ ĩ, õ y ũ. Alvárez Castrillón y otros autores de forma más conservadora estiman la virgulilla como abreviatura de la consonántica -n-. Lo cierto es que hay casos en que parece manifiesto que el escribano quiere presentar sonidos vocálicos nasales. De no entenderse así resultaría manifiestamente absurdo otro resultado. Tale es caso del posesivo 'mina' o la palabra 'senor'. En otros carece de sentido el tratamiento diferenciado, así en supuestos en que se recoge sólo una vez la abreviatura, véase enalleãr (porque la primera si y la segunda no) o simplemente chocaría con la evolución posterior de la lengua eonaviega: 'ũa'. En general de un examen de los textos se observa que el empleo de la virgulilla cuando entra en conflicto con una nasal se emplea casi siempre como coda o vocal nasal, resultando escasos los supuestos de empleo como elipsis de un sonido consonántico.

Censo Electoral, Sección de la Vega de Ribadeo,
Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo,
14 de febrero de 1868
Lo que parece claro es la extensión del vocalismo nasal respecto de las vocales anteriores i y e, parcialmente desaparecido en el portugués moderno, debió de hallarse largamente extendido en el eonaviego medieval. Ejemplo de este tipo de vocalismo, lo encontramos en la localidad de A Veguiña en el Concejo de Tapia. En cualquier mapa decimonónico del occidente asturiano, puede encontrarse así escrita, con una "ñ": La Veguiña. Véase en este sentido, Bouza Brey noticias sobre la historia y villa de La Caridad, donde literalmente se dice: «Santa María del Monte es una parroquía perteneciente al antiguo Concejo del Franco.. en el se incluye el lugar de la Veguiña así nombrado por el pueblo y no Veguina según recogen erróneamente publicaciones toponímicas...» A nuestro modo de ver esta presunta desinencia, extraña y en cierto modo mal vista en el occidente asturiano no se corresponde sino a un caso manifiesto de vocalismo nasal de la vocal cerrada -i- que a veces se hace difícil discernir del sonido consonántico palatal.

Frías Conde se refiere extensamente a este fenómeno en relación a la terminación -inu, fijando la cronología del fenómeno en atención a la evolución documentada en el brasileño nordestino. Señala dicho autor que las formas que aparecen en los primeros documentos galego-portugueses serían la desconsonantización y nasalización del hiato. Según Clarinda de Azevedo (1986: 599), los primeros textos, hasta la primera mitad del siglo xiv, presentan este estado más arcaico: espĩo, sardĩa, etc. Pero ya en el siglo XIV los textos gallego-portugueses presentan la consonante antihiática de inho/s como en la actualidad fenómeno que aparece antes en Galicia que en Portugal (Azevedo 1986: 600). Del examen de los textos señalados se puede comprobar como el vocalismo nasal de las consonantes anteriores permanece más o menos intacto hasta el siglo XVI y evoluciona posteriormente por influencia del castellano hacía la pérdida definitiva de la nasalidad palatal, fenómeno que únicamente se da en las comarcas eonaviegas y curiosamente más acusadamente cuanto más nos alejamos de las hablas propias del gallego central.

BIBLIOGRAFÍA. Alonso y Fernández de las Redondas, D. "Gallego-asturiano: engalar 'volar', casos y resultados de la velarización de -n- en el dominio gallego" Homenaje a F. Krüger Mendoza II, 1952, pp. 210 y ss. Frías Conde, XL, "O relativo do continuum entre galego e asturiano en Asturias". en Inaua 5, 2004-05. Suárez Fernández, Xose Luis, Vocabulario de Mantaras (Tapia) "Aportaciois al Lexico Galego-Asturiano", Xeira, La Caridad, 1997. Fernández Vior, José Antonio: Notas etnolingüísticas del conceyo da Veiga, Xeira Llaboría, 2, A Caridá, 1997, 108 páxinas [con illustracióis de X. M. Suárez y Pedro Velasco]. García García, José, El habla de El Franco, Instituto Bernaldo de Quirós, Mieres del Camino 1983.